Las Tortugas Ninja: El Último Ronin - El Final de las Tortugas

Kevin Eastman y Peter Laird eran dos amantes de los trabajos realizados por Jack Kirby y, especialmente, Frank Miller. Ellos querían dedicarse a realizar tebeos juntos, así que estuvieron conviviendo juntos un tiempo. Buscando crear algo nuevo, garabateraon una tortuga gigante y musculada con armas ninja. El título contenía las palabras que podían hacer flipar a cualquier chaval de la época: adolescente, ninja y mutante. Así que con tan solo 1.200 dólares decidieron aventurarse en el mercado de la autoedición creando Mirage Studios. En mayo de 1984 salió a la venta este primer número de lo que hoy conocemos como fanzine. En muy poco tiempo se agotó la primera tirada de 3.000 copias y al mes siguiente se lanzó una nueva de 6.000. Ya por esos años se cotizaba por 200 dólares un ejemplar de la primera edición. Se había creado algo histórico. Y más teniendo en cuenta que estamos en la mejor época tanto de DC como de Marvel. Pero llegaba el momento de contar el que sería el final del grupo en Las Tortugas Ninja: El Último Ronin.

Estamos en un futuro distópico y cyberpunk. Tanto Splinter como Casey Jones y el resto de las tortugas ha muerto. Solo queda una viva, de la cual se nos revelará su identidad al final del primer número. No mencionaremos quién es para evitar spoilers. Esta última tortuga busca justicia para sus seres queridos. Además, la ciudad de Nueva York ha sido tomada por el Clan del Pie. Es por ello que nuestro héroe se enfrenta a una misión suicida para acabar con el último miembro de la familia rival, con la que lleva existiendo una enemistad milenaria y poder morir en paz. A lo largo de la aventura, el protagonista se reencontrará con una vieja aliada y su hija. Se notan muchos guiños para los fans de la franquicia, pero siempre manteniendo ese tono de elseworld que tan bien funciona en los tebeos.

Desde que la colección salió al mercado en formato grapa, la gente no paró de alabarla. También suponía la vuelta a la franquicia de los creadores y autores originales, quienes se encargaban de dirigir los derroteros de los números y hasta de ilustrar algunas páginas en el caso de Kevin Eastman. Las Tortugas Ninja: El Último Ronin se convirtió en uno de los tebeos más vendidos en Estados Unidos y las críticas positivas no cesaban. Sin embargo, puede que esto haya jugado en su contra a la hora de leerlo. Me explico: es una buena miniserie, pero no es la obra maestra que todos comentan. Por ejemplo, cosas como el misterio de quién es este ronin se resuelve demasiado rápido. Es algo con lo que quizás deberían haber jugado más o haber ejecutado la revelación de una forma más impactante. Igualmente, la conclusión con esa batalla final peca de ser muy apresurada y poco épica. Es demasiado común y habitual en los relatos de acción. Como puntos positivos, está el tono oscuro y en ocasiones depresivo que tiene en su narración. Pero se aleja tanto de lo que representan las Tortugas Ninja (aún teniendo en cuenta que la serie original no se cortaba en violencia) que un fanfic difícil de encajar en la continuidad y el estilo del grupo.

Los temas a tratar son los típicos: la búsqueda del honor, el concepto del legado, el camino del héroe... Nada nuevo bajo el sol; aunque hay que reconocer que eso siempre nos gusta y funciona. Kevin Eastman, Peter Laird y, sobre todo, Tom Waltz se nota que se lo pasan en grande escribiendo este tebeo. En el apartado gráfico contamos con Esau e Isaac Escorza, Ben Bishop y Kevin Eastman. Aunque realizan un trabajo correcto, con buenas escenas de acción y peleas, hay que reconocer que se les echa en falta personalidad. Son unos trazos que visualmente son agradables pero que resultan demasiado genéricos.

En definitiva, Las Tortugas Ninja: El Último Ronin es un buen cómic, un elseworlds que funciona bien dentro de su propio ecosistema y que se hace muy disfrutable. La nueva incorporación tiene un carisma arrollador y se abre la puerta a una secuela que genera buenas sensaciones. Además, siempre es bueno ver a los creadores volver a trabajar juntos tras las rencillas que tuvieron en el pasado. Sin embargo, no es esa obra maestra que algunos intentan vender. Está llena de tópicos que, aunque funcionan muy bien, los hemos leído cientos de veces y no llegan a sorprender en ningún momento. A su favor tiene que es muy entretenida, no es necesario haber leído nada previo de las Tortugas Ninja y que no es un relato con grandes fallos de guion. Es correcta y buena, pero no imprescindible y extraordinaria.

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